Crónica personal
Daisy. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
«Ella era mulata, vestía minifalda roja, con muslos generosos, y una blusa que casi no ocultaba sus senos. Tenía unos veinte años y en su rostro moreno brillaban intensos ojos verdes. Estaba un poco ebria. Una hora después, su más sensual tono de voz se deslizó entre el ruido atronador de la noche y me
El secreto. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
Por Rubén Darío Buitrón* Hay días destinados a quedarse para siempre en la memoria. En lo más duro de la memoria, donde suelen doler las historias cotidianas. Esa mañana salía a la escuela. Estaba en sexto grado. Era noviembre, mes de los muertos. Serían como las siete. Hacía frío. Abrí la puerta de
Prueba de amor. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
«Rosa María era enfermera. Y no era casual que estuviera curando mis heridas y golpes: Adolfo me había traído en un taxi, a eso de las cuatro de la mañana, le había despertado para contarle lo que lo ocurrió y le pidió que no madrugara al hospital donde trabajaba, que se quedara para atenderme…». Por
Zurdos. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
«El inteligente niño ahora era un garabato. Su brillante cabello rubio, con peinado de principito, estaba opaco. Sus ojos verdes se teñían de bruma. Sus mejillas rosadas se habían vuelto tristes…». Por Rubén Darío Buitrón Éramos 48 niños de seis años, pero ninguno lloraba como yo. Sentirme a merced de esa jauría desbocada y de