Daisy. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
«Ella era mulata, vestía minifalda roja, con muslos generosos, y una blusa que casi no ocultaba sus senos. Tenía unos veinte años y en su rostro moreno brillaban intensos ojos verdes. Estaba un poco ebria. Una hora después, su más sensual tono de voz se deslizó entre el ruido atronador de la noche y me
Sueños y ausencias. Una reflexión sobre la memoria, por Gabriel García Torres
«Sobre esto se ha escrito mucho y nunca es suficiente. La muerte que niega el futuro, la lucha entre lo eterno y lo temporal. Al final, la vida no es más que una breve pausa en medio del infinito. Hay que abrazarla y abonarla. La mejor manera es pasar tiempo con los cercanos, con quienes
No puedo cambiar los vientos. Una historia erótica de Tatiana Mendoza
“Ay, que por ti me muero, por ti me dejo Caer desnudo sobre las llamas Se me quema la conciencia No importa si me muero”. Jaguares Ella Hace mucho tiempo que no me masturbaba, porque no nunca era necesario. Sin embargo, ese día, con la casa vacía y un mar turbulento entre mis piernas,
El nido vacío: saltar del escenario al palco. Crónica de Carmen Inés Merlo
¡Cómo extraño su voz, sus ojos pícaros y sus pobladas cejas camufladas detrás de sus redondos lentes negros! ¡Cómo añoro su manera de apapacharme con esos brazos fornidos! Su caminar inquieto por la casa, su música reguetonera y rap, sus ropas tiradas en el piso por doquier y hasta su desorden… En un acto casi
El secreto. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
Por Rubén Darío Buitrón* Hay días destinados a quedarse para siempre en la memoria. En lo más duro de la memoria, donde suelen doler las historias cotidianas. Esa mañana salía a la escuela. Estaba en sexto grado. Era noviembre, mes de los muertos. Serían como las siete. Hacía frío. Abrí la puerta de
Cuando aprendimos a morir: el año de la pandemia. Por Ronald G. Soria
«G, a quien como periodista enrolado le depositaban cada mes su sueldo en una cuenta bancaria, sentía a veces que se le agriaba el almuerzo cuando se ponía a pensar en cómo sobrevivía aquella gente sin la posibilidad de salir a ganar sus ingresos. Más de una vez se dijo, de manera egoísta: «Tranquilo, no
Mil y una noches. Una historia erótica de Tatiana Mendoza.
Las mil y una noches “Por dejar escapar el encanto de un tesoro fuimos un par de locos por dejarnos tirar a matar”. Flans Él Danzamos un baile macabro. Damos vueltas el uno al otro como dos insectos atraídos por la luz. En este caso es sexo. Cambiaste la minifalda por un vestido entero, pero
Self control. Una historia erótica de Tatiana Mendoza
You take my self, you take my self control You got me livin’ only for the night Before the morning comes, the story’s told You take my self, you take my self control Laura Branigan Ella Quiero y me detengo a repetir tu nombre. Diez o doce años transcurrieron y no me he dado cuenta
«Mira por dónde», autobiografía razonada de Fernando Savater. Reseña de Tatiana Neira
Este portal tiene el orgullo de presentar a una excepcional lectora, Tatiana Neira Alvarado, abogada y docente cuencana, quien integra el prestigioso Club de Lectura Biblos, un espacio de reflexión de un grupo de mujeres, fundado hace 25 años y donde se han leído unos 250 libros desde la integración del grupo. Por Tatiana Neira
Amanda y Tamia Villavicencio, herederas de la valiente poesía de su padre. Por Rubén Darío Buitrón
Compartimos en nuestro portal la crónica de Rubén Darío Buitrón sobre el homenaje que le rindió la Unión Nacional de Periodistas (UNP) a su colega Fernando Villavicencio, candidato presidencial, a un mes de su brutal asesinato en las calles de Quito. Este texto lo publicó diario El Espectador, de Bogotá, Colombia. Por Rubén Darío Buitrón*
Daisy. Crónica personal de Rubén Darío Buitrón
«Ella era mulata, vestía minifalda roja, con muslos generosos, y una blusa que casi no
Sueños y ausencias. Una reflexión sobre la memoria, por Gabriel García Torres
«Sobre esto se ha escrito mucho y nunca es suficiente. La muerte que niega el
No puedo cambiar los vientos. Una historia erótica de Tatiana Mendoza
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El nido vacío: saltar del escenario al palco. Crónica de Carmen Inés Merlo
¡Cómo extraño su voz, sus ojos pícaros y sus pobladas cejas camufladas detrás de sus
Cuando aprendimos a morir: el año de la pandemia. Por Ronald G. Soria
«G, a quien como periodista enrolado le depositaban cada mes su sueldo en una cuenta
Amanda y Tamia Villavicencio, herederas de la valiente poesía de su padre. Por Rubén Darío Buitrón
Compartimos en nuestro portal la crónica de Rubén Darío Buitrón sobre el homenaje que le
Soy dama de compañía. Por Magaly Villacrés, desde España
«Vista la cosa, la lujuria y el placer extraconyugal era tierra fangosa por donde uno
La abuelitud, otra manera de ser niña. Crónica de María Dolores Montaño
«A los nietos solo se les brinda amor. Y cero responsabilidades. Así que la vida
Amontonados en el bus, un recuerdo de Ecuador. Por Magaly Villacrés, desde España
«Para evitar toda clase de infortunios, es preferible viajar con la cartera o la mochila
Las putas no tienen marido
*Por Emilia Trujillo León “El trabajo sexual ha existido en todos los tiempos y en
Sexo panorámico
Por Eduardo León* Krystel miraba el Río Guayas desde la terraza del Nazu City Hostel.
Leer para combatir el machismo
Estefany Heredia* Soy estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad de Guayaquil. Tengo
«A cuatro pasos de la muerte», de Freddy Solórzano. Por Aníbal Fernando Bonilla
La vida se contrapone con la muerte, desde el caleidoscopio del cronista como indagador de
Los «Cuentos reunidos» de Oswaldo Encalada Vásquez. Por Guillermo Gomezjurado Q.
«Un singular gabinete de curiosidades» Fragmentos leídos en la presentación del libro Cuentos reunidos de
«Los barrios infinitos». Novela de Jorge Luis Narváez. Comentario de Rubén Darío Buitrón
Esta novela parece ser una extensión o un complemento de las pinturas de Luigi Stornaiolo,
Serpiente. Una historia de Viviana Garcés-Vargas
Mamaní callejeaba al anochecer entre la basura acumulada cerca de la fachada renacentista de la
«Mucho se ha hablado del dolor». Una historia de Joselyne Cuadros
Yo sabía que era la una de la tarde y que las calles estaban muy
Cinco monedas para burlar al destino. Una historia de Ivanny Salinas
Una tarde de abril, Dali, de cuatro años, desaparece de un poblado turístico sin dejar
Withman Gualsaquí, el pintor de los colores de la vida. Por Aníbal Fernando Bonilla
El pintor imbabureño Whitman Gualsaquí confiesa que pese al impacto mundial en época de la
Esteban Michelena: «Escribir es inventar jugadas en la cancha». Por Rubén Darío Buitrón
Resulta que Esteban Michelena, siendo quiteño, también es un migrante de sí mismo. Ha tenido
Alfredo Noriega, una vida literaria entre Quito, París y Cardiif. Por Rubén Darío Buitrón
“No todos somos como Umberto Eco. Para hacer literatura no necesitas ser académico ni profesor